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El dedo gordo peludo
Cuento popular de Estados Unidos
© Versión de Paola Artmann

Un día, un niño estaba cavando en el jardín de su abuela cuando encontró una raíz que se asemejaba al dedo gordo peludo de un pie. El niño intentó varias veces arrancarla, pero esta estaba atascada en la tierra y no se movía. Así que, tiró con todas sus fuerzas hasta que desprendió la raíz por completo, fue en ese momento que escuchó un gemido espectral y salió corriendo.
El niño llevó la raíz a casa y se la mostró a su abuela.
—Esta raíz se ve deliciosa —dijo la abuela, sin darle importancia a tan extraña apariencia.
Entonces, la cortó en dos pedazos y la echó en la sopa.
A la hora de cenar, la abuela sirvió la sopa y puso un pedazo de raíz en cada plato. Luego, lavaron los platos, conversaron un buen rato y cuando oscureció, se fueron a la cama.
El niño se quedó dormido. Pero en medio de la noche, fue despertado por una voz muy extraña desde su ventana:
—¿Dónde está mi dedo gordo peludo? —decía la voz entre gemidos.
El niño se asustó mucho, pero pensó que era producto de su imaginación.
Sin embargo, oyó la voz una vez más, esta vez más nítida y cerca.
—¿Dónde está mi dedo gordo peludo? —decía la voz entre gemidos.
El niño cerró los ojos y pensó: “Esto es un mal sueño, mañana despertaré y todo habrá pasado”.
Pero pronto escuchó el sonido de la puerta de la casa abrirse y la voz nuevamente decir entre gemidos:
—¿Dónde está mi dedo gordo peludo?
Luego, el niño oyó pasos en la cocina, la sala, el comedor y hasta en el baño. Los pasos se acercaban más y más hasta llegar al pasillo. ¡Ahora estaban al frente de su puerta!
—¿Dónde está mi dedo gordo peludo? —decía la voz entre gemidos.
El niño miró con horror cuando la puerta de su habitación se abrió. Temblando de miedo, cubrió su cabeza con las mantas y escuchó mientras los pasos se movían lentamente a través de la oscuridad hacia su cama.
Luego se detuvieron.
—¿Dónde está mi dedo gordo peludo? —la voz gimió estruendosamente—. ¿LO TIENES TÚ?
Hasta el día de hoy, nadie en el pueblo volvió a saber del niño y su abuela.
El dedo gordo peludo (Versión suspenso):
Había una vez un hombre llamado Tomás que, por un accidente en su juventud, tenía el dedo gordo de su pie derecho muy peludo. Al principio, la gente se reía de él por esta característica, pero después de un tiempo, Tomás se acostumbró a la situación y dejó de darle importancia.
Un día, Tomás se fue de viaje por una zona montañosa y se instaló en una pequeña cabaña. Durante la noche, escuchó ruidos extraños y sintió una extraña presencia en la habitación. Al principio pensó que era su imaginación, pero cuando miró hacia sus pies, notó que el dedo gordo peludo estaba moviéndose por sí solo.
Tomás se asustó mucho y trató de detener el movimiento del dedo, pero era inútil. De repente, una extraña figura apareció en la habitación, con un cuerpo largo y peludo, y una cara de monstruo. La criatura se acercó a Tomás y le susurró al oído que había venido a llevárselo con ella.
Tomás se dio cuenta de que había cometido un error al no prestar atención a su extraña característica y que ahora estaba en peligro. Luchó contra la criatura con todas sus fuerzas, pero era demasiado fuerte. Justo cuando parecía que la criatura iba a llevárselo, Tomás se despertó.
Resultó que todo había sido una pesadilla. Sin embargo, a partir de ese momento, Tomás comenzó a prestar más atención a su dedo gordo peludo y a cuidarlo con más cuidado. Sabía que nunca más se permitiría ser descuidado con su cuerpo, ya que nunca sabía lo que podría suceder si lo hacía.
Desde entonces, Tomás siempre cuidó su dedo gordo peludo y se mantuvo alerta ante cualquier extraña presencia. Aprendió la lección de que nunca debemos subestimar la importancia de nuestras características físicas y siempre debemos cuidar nuestro cuerpo para evitar situaciones peligrosas e inesperadas.
Edad recomendable para contarlo:
Este cuento de suspenso podría ser apropiado para niños mayores de 10 años, ya que puede ser un poco aterrador para los más pequeños. Los niños más pequeños pueden ser más propensos a tener pesadillas después de escuchar una historia como esta, por lo que es importante evaluar su nivel de madurez antes de contar el cuento.
Es importante tener en cuenta que cada niño es diferente y algunos pueden ser más sensibles que otros. Por lo tanto, siempre es una buena idea conocer a la audiencia antes de contar cualquier historia. Si se trata de un grupo mixto de edades, se puede ajustar la intensidad de la historia para que sea más adecuada para los más jóvenes, pero sin perder la trama principal.
En general, es importante que los niños se sientan seguros y cómodos mientras escuchan la historia. Siempre es recomendable asegurarse de que los niños sepan que es solo una historia y que todo está bien después de escucharla. Además, estar preparado para responder cualquier pregunta o inquietud que puedan tener después de escuchar la historia puede ayudar a aliviar cualquier miedo o ansiedad que puedan tener.
Moraleja:
La moraleja de este cuento es que debemos prestar atención a nuestro cuerpo y cuidarlo adecuadamente. El personaje principal, Tomás, no prestó atención a su dedo gordo peludo y esto lo llevó a una situación peligrosa e inesperada.
Además, el cuento también destaca la importancia de estar alerta a nuestro entorno y ser conscientes de las señales de peligro. Aunque la criatura en la historia era ficticia, la idea de que siempre debemos estar preparados para situaciones inesperadas es muy real.
En resumen, la moraleja de este cuento es que debemos cuidar nuestro cuerpo y estar atentos a nuestro entorno para evitar situaciones peligrosas. Debemos valorar cada parte de nuestro cuerpo y mantenernos alerta ante cualquier señal de peligro que puedan presentarse.
En que ambiente se recomienda contarla:
Se recomienda contar este cuento de suspenso en un ambiente controlado y seguro, como una habitación tranquila y bien iluminada. Es importante que los niños se sientan cómodos y seguros mientras escuchan la historia, ya que puede ser un poco aterrador para algunos.
Además, es recomendable contar la historia en un ambiente adecuado para la edad del público. Si se trata de un grupo de niños más pequeños, se puede reducir la intensidad de la historia para que sea más adecuada para ellos. También puede ser una buena idea contar la historia en una actividad de grupo, como una noche de cuentos, para que los niños puedan sentirse más seguros al escuchar la historia junto a sus amigos.
Es importante que los adultos a cargo aseguren un ambiente libre de distracciones, con una buena iluminación y una atmósfera relajada para que los niños puedan concentrarse en la historia y no se sientan incómodos o distraídos. Si se sigue esta recomendación, se puede contar el cuento de manera efectiva, creando una experiencia memorable y emocionante para los niños.