El emperador y el ruiseñor

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El emperador y el ruiseñor

El emperador y el ruiseñor

El palacio del emperador de China estaba completamente hecho de porcelana, siendo el más espléndido del mundo entero y también el más frágil. Su jardín de flores perfumadas y maravillosas era tan extenso que ni el propio jardinero tenía idea de dónde terminaba. Si llegaras a recorrer las tierras imperiales, te encontrarías en el bosque más frondoso que puedas imaginarte, lleno de altos árboles y profundos lagos. Aquel bosque llegaba hasta el mar hondo y azul; grandes embarcaciones podían navegar por debajo de sus ramas, y allí vivía un ruiseñor que cantaba tan primorosamente que los pescadores, a pesar de todas sus ocupaciones, se detenían para escuchar sus trinos.

De todos los países llegaban viajeros que admiraban el palacio y el jardín, pero en cuanto oían al ruiseñor, exclamaban:

—¡Este canto es el mejor del mundo!

Los comentarios llegaron a oídos del emperador, quien ordenó a sus hombres encontrar el ruiseñor y traerlo ante su presencia para escucharlo cantar.

Los hombres se dirigieron al bosque, al lugar donde el pájaro solía situarse. En el camino se encontraron con una niña que conocía el lugar donde vivía el ave. Avanzaban a toda prisa, cuando una vaca se puso a mugir.

—¡Oh! —exclamaron los hombres—. ¡Ya lo tenemos! ¡Qué fuerza para un animal tan pequeño!

—No, esa es una vaca que muge —dijo la niña—. Aún nos falta mucho por llegar.

Luego, escucharon las ranas croando en una charca.

—¡Magnífico! —exclamó uno de los hombres—. Ya lo oigo, suena como las campanillas de la iglesia.

—No, esas son ranas —contestó la niña—. Pero creo que no tardaremos en oírlo.

Y en seguida el ruiseñor se puso a cantar.

—¡Es él! ¡Escuchen, escuchen! ¡Allí está! —dijo la niña—, señalando un ave gris posada en una rama.

—¿Es posible? —dijeron los hombres—. Jamás lo hubiéramos imaginado así. ¡Qué feo y ordinario! Seguramente habrá perdido el color, intimidado por unos visitantes tan distinguidos.

—Mi ruiseñor —dijo la niñita en voz alta—, nuestro emperador quiere que cantes en su presencia.

—¡Con mucho gusto! — respondió el pájaro—, y reanudó un canto que daba gloria escucharlo.

En medio del gran salón donde estaba el emperador, habían puesto una percha de oro para el ruiseñor. Toda la corte estaba presente, y la niña había recibido autorización para situarse detrás de la puerta. Todos llevaban sus vestidos de gala, y todos los ojos estaban fijos en la avecilla gris, a la que el emperador hizo un signo para comenzar su canto.

El ruiseñor cantó tan hermosamente que las lágrimas acudieron a los ojos del emperador y cuando el pájaro las vio rodar por sus mejillas; cantó desde el alma. El llanto del emperador lo hacía sentir recompensado.

Un día, el emperador de Japón le envió al emperador de la China un hermoso ruiseñor mecánico. Este ruiseñor estaba cubierto de gemas preciosas y también cantaba maravillosamente. Todo el mundo olvidó al humilde ruiseñor, y tristemente, el ave se fue volando. Toda la corte tachó al ruiseñor de ingrato y fue desterrado.

Un día, la cuerda del ruiseñor mecánico se desgastó y su trino artificial cesó sin que alguien encontrara la manera de arreglarlo.

Pasaron los años y el emperador se enfermó de gravedad, ningún doctor podía curarlo. De pronto resonó, procedente de la ventana, un canto maravilloso. Era el ruiseñor posado en una rama. Enterado de la desesperada situación del emperador, había acudido a traerle consuelo y esperanza; cuanto más cantaba, más se recuperaba el emperador.

Fue así como el fiel ruiseñor que había sido olvidado y desterrado regresó todos los días a cantarle al emperador.

El emperador y el ruiseñor

Edad recomendable para contarlo:

Este cuento puede ser contado a niños de todas las edades. Sin embargo, es posible que los niños más pequeños no entiendan completamente la moraleja y el significado detrás de la historia.

Por lo tanto, se recomienda que los niños más pequeños escuchen este cuento acompañados de un adulto para que puedan hacer preguntas y comprender mejor la historia. Los niños mayores pueden apreciar mejor la moraleja y la importancia de valorar y cuidar lo que realmente importa.

Moraleja:

La moraleja de este cuento es que lo verdaderamente valioso no siempre es lo más ostentoso y costoso, sino aquello que tiene un valor real y duradero.

El ruiseñor mecánico, aunque era hermoso y cantaba maravillosamente, no podía compararse con el ruiseñor verdadero, que tenía un canto genuino y un corazón noble.

Además, el ruiseñor verdadero demostró su lealtad y bondad al regresar a cantarle al emperador cuando todos lo habían olvidado, lo que nos enseña que las relaciones verdaderas son aquellas que se basan en la sinceridad y la fidelidad.

En que ambiente se recomienda contarla:

Esta historia podría ser contada en varios ambientes, como en una sesión de cuentos para niños en la biblioteca, en una reunión familiar, en una clase de literatura o en un taller de narración oral.

Podría ser adecuada para eventos o espacios que fomenten la reflexión sobre el valor de las cosas simples y sinceras en contraposición a lo artificial y superficial, así como para explorar temas como la lealtad, la amistad y la empatía.

Preguntas Frecuentes:

Aquí tienes algunas preguntas frecuentes y sus respuestas para el cuento “El Ruiseñor y el Emperador de China”:

  1. ¿Cuál es la moraleja de este cuento? La moraleja del cuento es que la verdadera belleza y valor no se encuentran en lo material y ostentoso, sino en las cosas simples y humildes.
  2. ¿Quién es el personaje principal de la historia? El personaje principal del cuento es el ruiseñor, aunque también se podría decir que el emperador de China juega un papel importante en la trama.
  3. ¿Qué enseña este cuento a los niños? El cuento enseña a los niños sobre el valor de las cosas simples y humildes, y cómo a menudo se subestiman o se desprecian. También se puede aprender sobre la importancia de la lealtad y la amistad verdadera.
  4. ¿Por qué el ruiseñor fue desterrado? El ruiseñor fue desterrado después de que el emperador de China se enamorara de un ruiseñor mecánico cubierto de joyas que cantaba tan bien como el verdadero. Después de que el ruiseñor mecánico fuera regalado al emperador, el verdadero ruiseñor se sintió despreciado y decidió irse.
  5. ¿Qué hizo el ruiseñor cuando el emperador se enfermó gravemente? Cuando el emperador se enfermó gravemente y los médicos no pudieron curarlo, el ruiseñor volvió al palacio para cantarle y traerle consuelo y esperanza. Con su canto, el emperador se sintió mejor y se recuperó.
  6. ¿Por qué el ruiseñor mecánico se rompió? El ruiseñor mecánico se rompió porque la cuerda que lo hacía funcionar se desgastó con el tiempo y nadie sabía cómo arreglarlo.
  7. ¿Qué sucedió con el ruiseñor después de que el emperador se recuperó? Después de que el emperador se recuperó, el ruiseñor regresó todos los días al palacio para cantarle y traerle consuelo. A partir de ese momento, el emperador valoró al ruiseñor verdadero y lo trató con el respeto que merecía.

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