Anansi y Tortuga

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Anansi y Tortuga

Anansi y Tortuga

Anansi y Tortuga: Un día, la araña Anansi recogió unos ñames de su huerto. Sin espera, los horneó con cuidado y deleitado se sentó a comer. Justo en ese momento, escuchó que llamaban a la puerta.

—¿Quién podrá ser? —se preguntó muy irritado—. Al abrir la puerta descubrió que era su amigo Tortuga.

Tortuga, muy hambriento y cansado le preguntó si podía acompañarlo a comer. Anansi era muy egoísta y no quería compartir sus ñames, pero según las leyes de la jungla, no podía negarse a dejar entrar un amigo a su casa. Sin más remedio, Anasi invitó a Tortuga a pasar.

—Algo se me ocurrirá para evitar que mis dulces ñames terminen en el plato de Tortuga —pensó la araña.

Tortuga entró y se sentó a la mesa, cuando alcanzaba la cacerola con los ñames, Anansi pegó un grito:

—¡Detente Tortuga!, tus manos están muy sucias. Qué malos modales tienes, ve y lávate las manos al río.

Efectivamente, las manos de Tortuga estaban sucias porque había estado arrastrándose por el camino todo el día. Avergonzado, fue al río lo más rápido que pudo, y allí se lavó las manos. Cuando regresó, Anansi había comenzado a comer.

— Yo no quería que los ñames se enfriaran, por eso comencé sin ti —dijo Anansi—. Come, mi querido amigo.

Tortuga se sentó de nuevo, no había alcanzado la cacerola cuando escuchó un grito:

—¡Detente Tortuga!, ¿acaso no me escuchaste antes?, tus manos están muy sucias. Qué malos modales tienes, ve y lávate las manos al río.

Resulta que las manos de Tortuga se habían vuelto a ensuciar, pues se había arrastrado sobre ellas por el camino de regreso. Así que, una vez más se fue al río. Cuando terminó de lavarse, se arrastró sobre la hierba para no ensuciarse más. En su ausencia, Anansi se comió todas los ñames.

Al regresar, Tortuga notó la cacerola vacía. Desconcertado, miró a Anansi y le dijo:

— Gracias amigo por haberme dejado pasar, te invito mañana a mi casa para devolverte el favor.

Al día siguiente, Anansi se encontró con Tortuga en las orillas del río.

—Ven amigo, ya está lista la cena —dijo Tortuga mientras nadaba hasta el fondo del agua.

Pero Anansi no podía nadar como Tortuga, su cuerpo era muy ligero y siempre terminaba flotando. Entonces tuvo una idea: recogió muchas piedras de la orilla y las metió en los bolsillos de su elegante abrigo. Luego, se sumergió en el agua logrando nadar hasta el fondo del río.

No demoró mucho en llegar a casa de su amigo. Tortuga, siendo un estupendo cocinero, había cubierto la mesa con los más exquisitos platos.

Anansi se sentó a la mesa y cuando alcanzaba uno de los finos platos, Tortuga exclamó:

—¡Detente Anansi!, traes puesto tu abrigo. Qué malos modales tienes, ve al perchero y cuelga tu abrigo.

Anansi se quitó el abrigo lleno de piedras y en un abrir y cerrar de ojos, salió propulsado hasta la superficie del agua. Con su estómago vacío, podía ver a Tortuga deleitarse con su deliciosa comida.

Fue así como Anansi, la araña, prometió no volverse a valer de sus artimañas.

Edad recomendable para contarlo:

Este cuento “Anansi y Tortuga” es adecuado para niños y niñas a partir de los 4 o 5 años de edad, ya que presenta una historia sencilla y fácil de entender, además de una moraleja importante sobre la importancia de ser honestos y compartir con los demás.

Moraleja:

La moraleja de este cuento “Anansi y Tortuga” es que la avaricia y la falta de consideración hacia los demás pueden llevarnos a perder amistades y oportunidades en la vida.

La historia “Anansi y Tortuga” muestra cómo la araña Anansi, egoísta y preocupada por sus propios intereses, termina perdiendo su cena y la amistad de Tortuga debido a su falta de consideración hacia él.

Por otro lado, Tortuga, a pesar de ser engañado, muestra una actitud generosa al invitar a Anansi a su casa al día siguiente y al ofrecerle una deliciosa cena, sin olvidar sus buenos modales y su consideración hacia su amigo.

En que ambiente se recomienda contarla:

El cuento “Anansi y Tortuga” es un cuento tradicional africano que se puede contar en varios ambientes, como en el hogar, la escuela, la biblioteca, entre otros.

Es adecuado para contar a niños y niñas a partir de los 5 años de edad, ya que les enseña valores como la amistad, la honestidad y la importancia de no engañar a los demás para conseguir lo que se quiere.

Además “Anansi y Tortuga“, es una historia divertida y entretenida que puede ser disfrutada por personas de todas las edades.

Preguntas Frecuentes:

Preguntas frecuentes sobre el cuento “Anansi y Tortuga“:

  1. ¿Cuál es la moraleja de este cuento? La moraleja de “Anansi y Tortuga” es que la astucia no siempre es la mejor manera de actuar y que ser egoísta y malintencionado puede tener consecuencias negativas.
  2. ¿Por qué Anansi no quería compartir sus ñames con Tortuga? Anansi era muy egoísta y no quería compartir sus ñames porque los consideraba algo muy valioso y delicioso.
  3. ¿Por qué Anansi quería que Tortuga se fuera a lavar las manos constantemente? Anansi quería evitar que Tortuga comiera sus ñames, por lo que inventó excusas para que Tortuga se alejara de la mesa mientras él comía.
  4. ¿Cómo se venga Tortuga de Anansi? Tortuga invita a Anansi a su casa para cenar y usa la misma táctica que Anansi para evitar que su amigo coma.
  5. ¿Qué aprende Anansi al final del cuento? Anansi aprende que sus artimañas no siempre funcionan y que es mejor ser honesto y compartir con los demás.
  6. ¿Qué tipo de animales son Anansi y Tortuga? Anansi es una araña y Tortuga es una tortuga.
  7. ¿Cuál es el conflicto principal del cuento? El conflicto principal es la negativa de Anansi a compartir sus ñames con Tortuga y las artimañas que inventa para evitar que su amigo los coma.
  8. ¿Cómo resuelve el conflicto el cuento? El conflicto se resuelve cuando Tortuga invita a Anansi a cenar y usa la misma táctica que Anansi para evitar que su amigo coma, lo que hace que Anansi se dé cuenta de que su comportamiento egoísta no es correcto.
  9. ¿Por qué es importante que Anansi aprenda la lección? Es importante que Anansi aprenda la lección porque muestra que es posible cambiar y mejorar nuestro comportamiento si somos conscientes de nuestras acciones y sus consecuencias.

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