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La torre que alcanzó el cielo
Muy lejos de aquí, existe un lugar en que se sienta a la sombra de la montaña más alta del mundo. Ese lugar se llama Sikkim y en él vivía un granjero llamado Wu que criaba cerditos.
Un día, después de un gran ventarrón, Wu notó que todos sus cerditos se habían escapado. Muy triste, caminó sin pausa montaña arriba en búsqueda de sus preciados animalitos.
Los días se convirtieron en semanas, las semanas en meses, y los meses en años. Otros hombres se hubieran dado por vencidos y regresado a sus granjas, pero no Wu. Era tanta su dedicación por sus animalitos que siguió caminando montaña arriba hasta alcanzar el cielo. En ese hermosísimo lugar, Wu encontró a sus cerditos. Fue tanta su alegría que rogó a las personas del cielo que le permitieran quedarse con sus cerditos. No obstante, estas se negaron y le dijeron:
—No puedes vivir aquí, este no es el momento. Debes regresar a Sikkim.
Wu emprendió su largo camino de regreso. Al llegar a Sikkim, les contó a todos acerca de las maravillas que había encontrado en el cielo.
—¡Debemos conocer ese maravilloso lugar! —dijeron todos—. Si construimos una torre, alcanzaremos el cielo mucho más rápido.
Fue así como todas las personas de Sikkim se reunieron para construir la torre, piso sobre piso; dejando solo a un hombre en la tierra para protegerla.
Después de un tiempo, cuando la torre casi alcanzaba el cielo; las personas comenzaron a perder la paciencia y muchos de ellos pensaron:
—Si tuviéramos ganchos para colgar cuerdas, podríamos lanzarlos a las nubes y trepar hasta cielo sin tener que construir más pisos.
De piso en piso, comenzando por el de arriba, se dijeron el uno al otro:
—¡Necesitamos que nos envíes ganchos!
Pero fueron tantas las veces que se repitió el mensaje que, al llegar al primer piso, el hombre de la tierra escuchó:
—¡Necesitamos que derrumbes la torre a hachazos!
Inmediatamente, el hombre comenzó a darle hachazos a la torre hasta derribarla.
Es por esta razón que, hasta el día de hoy hay una mancha enorme en medio de Sikkim. Este es el lugar donde se cayó la torre que casi tocó el cielo.
Edad recomendable para contarlo:
Este cuento puede ser adecuado para niños y niñas a partir de los 6 años de edad. El relato es fácil de entender y no tiene elementos muy complicados, por lo que puede ser disfrutado por niños y niñas de diferentes edades. Además, la historia tiene una moraleja clara y positiva que puede ser útil para fomentar valores como la perseverancia y la dedicación. Sin embargo, es importante adaptar el nivel de detalle y la forma de contar el cuento de acuerdo a la edad y las capacidades de cada niño o niña.
Moraleja:
La moraleja de este cuento puede ser interpretada de diferentes maneras, pero algunas posibles lecciones que se pueden extraer son:
- La perseverancia y la dedicación pueden llevar a alcanzar objetivos que parecen imposibles. Wu no se rindió en su búsqueda de los cerditos y finalmente los encontró, demostrando que la determinación puede superar las dificultades.
- La ambición puede llevar a consecuencias negativas. Las personas de Sikkim querían alcanzar el cielo de cualquier manera posible, y esta ambición los llevó a construir una torre peligrosa que finalmente tuvo que ser destruida. Esto puede ser una advertencia sobre los riesgos de enfocarse demasiado en objetivos desmesurados o no realistas.
- La comunicación es esencial para evitar malentendidos y errores. El hombre de la tierra no entendió bien el mensaje de las personas de la torre y comenzó a derribarla sin saber que estaban pidiendo ganchos. Esto puede ser una lección sobre la importancia de comunicarse claramente y asegurarse de que se ha entendido correctamente lo que se está pidiendo o diciendo.
En que ambiente se recomienda contarla:
Este cuento puede ser contado en diferentes ambientes, dependiendo de la situación y del propósito. A continuación, algunas sugerencias de ambientes adecuados para contar este cuento:
- En un ambiente familiar, como parte de una rutina de cuentos antes de dormir o en una reunión en la que se compartan historias. Este tipo de ambiente permite crear un espacio seguro y relajado para escuchar la historia, y puede ser una oportunidad para reflexionar sobre la moraleja en familia.
- En un ambiente escolar, como parte de una clase de literatura, valores o ciencias sociales. Este cuento puede ser una forma interesante de introducir temas como la perseverancia, la ambición y la comunicación, y puede ser útil para fomentar la imaginación y el interés por la lectura.
- En un ambiente comunitario, como parte de una actividad cultural o de animación a la lectura. Este cuento puede ser una forma divertida y entretenida de acercar a los niños y niñas a la literatura y la cultura, y puede ser adaptado para incluir elementos propios de la comunidad.
En general, se recomienda contar este cuento en un ambiente tranquilo y sin distracciones, en el que los niños y niñas puedan prestar atención y participar si lo desean. Es importante adaptar el ambiente a las necesidades y características de cada grupo de niños y niñas.