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Anansi y Tortuga van de pesca
Anansi y Tortuga van de pesca: En una maravillosa tarde de primavera, Anansi, la astuta araña, estaba caminando por la orilla del río cuando se topó con su amigo, Tortuga. Tortuga llevaba consigo un enorme pescado que lucía carnudo y delicioso. A Anansi le encantaba el pescado, pero era demasiado perezoso para tomarse el trabajo de pescar.
— Hola amigo, ¿dónde encontraste ese pescado tan delicioso y carnudo? —preguntó.
—Lo acabo de pescar—contestó Tortuga.
—Quiero aprender a pescar, mi amigo. ¿Crees que puedes ayudarme? —dijo Anansi.
Sin embargo, la intención de la astuta araña nunca ha sido la de trabajar. Según su plan, la tortuga haría todo el trabajo y él se quedaría con todos los peces.
—¡Claro que sí! —replicó Tortuga—. De esa manera podemos dividirnos el trabajo.
Tortuga había sido engañado muchas veces por Anansi y conocía muy bien las artimañas de la araña. ¡Esta era la oportunidad perfecta para darle una merecida lección!
—Mañana en la mañana nos encontraremos en el río y te enseñaré a ser un gran pescador —dijo Tortuga.
A la mañana siguiente, Anansi se reunió con Tortuga.
—El primer paso para pescar, es tejer la red. Yo tejeré la red y tú te encargarás del siguiente paso que es más difícil —dijo Tortuga, sabiendo que Anansi evitaría a toda costa tener que hacer el trabajo más pesado.
Tortuga no había terminado de hablar cuando Anansi dijo:
—Tortuga, no olvides que soy una excelente tejedora. Yo me ocuparé de este trabajo.
—Está bien, teje una docena de redes y me avisas cuando termines —dijo Tortuga y se fue a descansar en la orilla del río.
Anansi trabajó hasta que terminó la docena de redes y fue a despertar a Tortuga.
Tortuga exclamó muy feliz:
—¡Excelente trabajo!, ahora me ocuparé de tirar las redes al río y esperar a que caigan los peces, este paso es más fácil que el siguiente.
—Amigo, no olvides que tengo mucha paciencia, yo me ocuparé de este trabajo —refutó Anansi.
—Está bien, espera hasta que hayas atrapado por lo menos una docena de pescados —dijo Tortuga y se fue a dormir a su casa.
Anansi esperó toda la noche hasta la madrugada. Cuando reunió los doce pescados los metió en una olla y fue a tocar la puerta de Tortuga:
—Amigo, mi trabajo ha rendido fruto, acá está lo que me pediste, pero las redes se rompieron y no creo que podamos volver a utilizarlas.
Tortuga le dijo muy feliz:
—¡Excelente trabajo!, ahora me ocuparé de la tarea más sencilla de todas que es sacar las redes del río y venderlas. Iré hasta el mercado y gritaré con todas mis fuerzas: «¡Vendo redes rotas para pescar!». Tú puedes encargarte de guisar y cocinar. Pero Anansi además de perezoso, detestaba cocinar:
—Deja esa venta en mis manos, soy mejor vendedor que cocinero —dijo la codiciosa araña pensando en quedarse con el dinero de la venta.
Cuando Anansi llegó a la plaza de mercado gritó:
—¡Vendo redes rotas para pescar!
Los pescadores, creyendo que se trataba de una broma pesada, muy furiosos lo echaron a palos de la plaza.
Al regresar a casa de Tortuga, Anansi encontró la olla vacía y una nota en la puerta que decía:
«¡No lograste engañarme! Espero que hayas aprendido la lección: El perezoso trabaja doble, sin embargo, ahora sabes pescar».
Y esa fue la última vez que Anansi intentó engañar a Tortuga, pero hasta el día de hoy no se le ha quitado lo perezoso.
Edad recomendable para contarlo:
Este cuento “Anansi y Tortuga van de pesca” puede ser contado a niños a partir de los 6 años de edad, ya que contiene una moraleja sobre la importancia del trabajo y la pereza que puede ser entendida por niños de esa edad. Sin embargo, siempre es importante adaptar la narración al nivel de comprensión y sensibilidad de cada niño.
Moraleja:
La moraleja del cuento “Anansi y Tortuga van de pesca” es que la pereza y la astucia no siempre funcionan a nuestro favor y que el trabajo duro y la honestidad son valores importantes para lograr el éxito.
Además, tratar de engañar a los demás puede tener consecuencias negativas y a menudo resulta en la persona que intenta engañar siendo engañada en su lugar.
En lugar de buscar atajos y trucos para lograr nuestros objetivos, debemos esforzarnos y trabajar con diligencia y honestidad para alcanzar nuestras metas.
En que ambiente se recomienda contarla:
Este cuento “Anansi y Tortuga van de pesca” se puede contar en cualquier ambiente que sea adecuado para niños, como por ejemplo en una reunión familiar, en una clase escolar, en un evento comunitario o en una biblioteca.
Sin embargo, se debe tener en cuenta que algunos niños pueden ser sensibles a la idea de ser engañados y que este cuento podría generar discusión sobre el engaño y la manipulación.
Por lo tanto, se debe estar preparado para hablar con los niños sobre el tema y guiarlos para que entiendan la moraleja del cuento.
Preguntas Frecuentes:
- ¿Quién es el protagonista del cuento? Respuesta: El protagonista del cuento es Anansi, una astuta araña.
- ¿Por qué Anansi quiere aprender a pescar? Respuesta: Anansi quiere aprender a pescar para poder tener acceso a pescados deliciosos sin tener que trabajar para conseguirlos.
- ¿Cómo Tortuga descubre el plan de Anansi? Respuesta: Tortuga conoce muy bien las artimañas de Anansi, por lo que se da cuenta de que la araña está intentando engañarlo para quedarse con todos los peces. Tortuga decide darle una lección y acepta enseñarle a pescar, pero dividiendo el trabajo de manera equitativa.
- ¿Qué trabajo le asigna Tortuga a Anansi? Respuesta: Tortuga le asigna a Anansi la tarea de tejer una docena de redes para pescar.
- ¿Qué sucede cuando Anansi termina de tejer las redes? Respuesta: Anansi va a buscar a Tortuga para informarle que ha terminado de tejer las redes. Tortuga se muestra sorprendido y feliz por el trabajo de Anansi, pero le asigna el siguiente paso que es más difícil.
- ¿Qué trabajo le asigna Tortuga a Anansi después de tejer las redes? Respuesta: Tortuga le asigna a Anansi la tarea de esperar hasta que hayan atrapado al menos una docena de pescados.
- ¿Cómo intenta Anansi engañar a Tortuga para quedarse con los peces? Respuesta: Anansi espera toda la noche hasta la madrugada para atrapar los doce pescados que necesitaba para completar la tarea. Luego, le miente a Tortuga diciéndole que las redes se rompieron y que no podrían volver a utilizarlas.
- ¿Qué sucede al final del cuento? Respuesta: Tortuga se da cuenta del plan de Anansi y le deja una nota en la puerta de su casa, en la que le dice que no logró engañarlo y que espera que haya aprendido la lección. Anansi entiende que no puede engañar a su amigo y aprende a pescar, pero sigue siendo perezoso y no le gusta trabajar.