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Cuento de los hermanos Grimm
© Versión de Paola Artmann
Hansel y Gretel
Un humilde leñador vivía con sus dos hijos y su nueva esposa en un bosque a las afueras del pueblo. El niño se llamaba Hansel y la niña, Gretel. Todos los días el leñador trabajaba sin descanso. Sin embargo, llegó un momento en el que no le alcanzaba para el sustento de su familia. Preocupado, el leñador le dijo a su esposa una noche:
—No tengo lo suficiente para comprar pan y mantequilla, ¿qué haré para alimentarnos y alimentar a los niños?
—Esto es lo que haremos —respondió la mujer—, mañana por la mañana, llevaré a Hansel y a Gretel a la entrada del pueblo y los dejaré ahí; una familia acaudalada se apiadará de ellos y vivirán una vida muy cómoda y feliz. Entonces, solo tendremos que preocuparnos por nosotros.
—Jamás lo permitiré —dijo el hombre—. ¿Cómo crees que puedo abandonar a mis hijos?
—Debes hacerlo —refutó la mujer—. Si no lo haces, todos vamos a tener hambre.
Los dos niños, incapaces de dormir por el hambre, habían escuchado la conversación. Llorando, Gretel le dijo a su hermano:
—Hansel, no puedo creer lo que hemos escuchado.
—No te preocupes Gretel —respondió Hansel con voz tranquila—. Tengo una idea.
Al amanecer, la malvada mujer despertó a sus dos hijastros gritando:
—¡Levántense ya, no sean flojos! Vamos al mercado a comprar alimentos.
Luego, les dio a los pequeños un trozo de pan y les dijo:
—Este es el almuerzo; no se lo coman enseguida, porque no hay más.
Gretel guardó el pan en su delantal. Hansel puso el suyo en el bolsillo de su abrigo y lo desmenuzó en secreto, con cada paso que daba, arrojaba las migas de pan en el camino.
—Espérenme aquí —dijo la madrastra cuando se encontraban en medio del bosque—, ya regreso.
Sin embargo, pasaron las horas sin que volvieran a saber de la mujer. Tan grande era su maldad que los había abandonado sin tomarse la molestia de dejarlos en el pueblo.
Hansel y Gretel se sentaron en la oscuridad y compartieron el pedazo de pan de Gretel. Pronto, los dos niños se quedaron dormidos. Cuando despertaron en medio de la noche, Gretel comenzó a llorar y dijo:
—¿Cómo encontraremos el camino a casa?
Hansel la consoló diciéndole:
—Espera a que salga la luna, luego seguiremos mi camino de migas de pan hasta la casa. Sin embargo, cuando salió la luna no pudieron seguir el camino porque las aves del bosque se habían comido las migas. Los dos pequeños se encontraban perdidos en el bosque.
Después de muchos días y noches de vagar por el bosque, los niños hallaron una casita que estaba hecha con pan de jengibre.
—¡Comamos! —dijo Hansel—, mordisqueando el techo mientras Gretel probaba parte de la ventana.
De repente, la puerta se abrió y una anciana salió cojeando apoyada en un bastón. Hansel y Gretel estaban tan asustados que dejaron caer los pedazos de jengibre que habían estado comiendo. La anciana sonrió muy amablemente y les dijo:
—Soy una viejita muy solitaria, me siento muy feliz de verlos.
La anciana los condujo al interior de su casa, cocinándoles una maravillosa cena. Luego, los llevó a dos lindas camitas, y Hansel y Gretel durmieron cómodamente. Pero la amable anciana era en realidad una bruja que usaba su casa para atrapar a los niños y convertirlos en muñecos de jengibre.
Temprano en la mañana, la bruja encerró a Hansel en una jaula mientras dormía. Luego despertó a Gretel y le dijo:
—Levántate floja, y ayúdame a preparar el horno. ¡Voy a convertir a tu hermano en un muñeco de jengibre!
Gretel lloró al escuchar las palabras de la bruja, pero no tuvo más remedio que hacer lo que le ordenaba. Cuando la niña encendió el fuego del horno, la bruja le dio una nueva orden:
—Métete adentro y mira si el horno está lo suficientemente caliente.
En el momento que Gretel estuviera dentro, la bruja tenía la intención de cerrar el horno y convertir a la pobre niña en una muñeca de jengibre. Pero Gretel conocía las crueles intenciones de la bruja y respondió:
— No sé qué hacer, ¿cómo entro al horno?
—La puerta es lo suficientemente grande, mírame entrar —respondió la bruja muy molesta.
Luego, abrió la puerta del horno mágico y se metió adentro. Gretel instantáneamente cerró la puerta. Una vez dentro del horno, ¡la bruja se convirtió en una muñeca de jengibre!
Gretel liberó a Hansel de su prisión. A la salida de la casa de la bruja, Hansel tropezó con un baúl lleno de joyas. Los dos niños se llenaron los bolsillos de oro, perlas y diamantes. Felices, recorrieron el bosque hasta que vieron a su padre en la distancia.
El angustiado hombre abrazó a sus hijos con fuerza, todos los días salía a buscarlos. Tanta era su pena que no quiso volver a saber de su malvada esposa. Hansel sacó las joyas de sus bolsillos, y dijo con emoción:
—Mira papá, nunca tendrás que volver a cortar leña.
Fue así que esta pequeña familia vivió feliz para siempre.
Edad recomendable para contarlo:
La edad recomendable para contar este cuento dependerá de la sensibilidad y madurez emocional de cada niño. Sin embargo, en general, se podría decir que es adecuado para niños mayores de 6 años.
Este cuento tiene un tema oscuro y algunos momentos de tensión, pero también tiene una moraleja importante sobre la astucia y la valentía. Por lo tanto, es importante que el adulto que cuente el cuento esté presente para responder a cualquier pregunta o inquietud que pueda surgir en el niño durante o después de la lectura.
Moraleja:
La moraleja del cuento “Hansel y Gretel” es la importancia de la unión y la solidaridad entre hermanos en situaciones difíciles. A pesar de las malas intenciones de su madrastra, Hansel y Gretel se mantuvieron juntos y encontraron una manera de sobrevivir en el bosque.
También se destaca la importancia de ser astuto y buscar soluciones creativas para enfrentar los problemas. Finalmente, el cuento también muestra que no todo lo que parece atractivo es seguro, y que es importante tener cuidado con las personas que pueden parecer amables pero en realidad tienen malas intenciones.
En que ambiente se recomienda contarlo:
El cuento de “Hansel y Gretel” es adecuado para contar en diferentes ambientes, incluyendo:
- En casa, como parte de la rutina de dormir de los niños.
- En el aula, para enseñar valores y habilidades de resolución de problemas.
- En bibliotecas, como parte de las actividades de lectura en grupo o en eventos literarios.
- En campamentos o excursiones, como una actividad de entretenimiento en la noche.
- En eventos temáticos como Halloween, donde los cuentos de terror y fantasía son populares.
Sin embargo, es importante tener en cuenta la edad del público al que va dirigido el cuento. “Hansel y Gretel” puede ser un poco oscuro y aterrador para niños muy pequeños, por lo que se recomienda que se cuente a niños mayores de 7 años o bajo supervisión de un adulto.
Preguntas Frecuentes:
Preguntas frecuentes sobre el cuento de Hansel y Gretel:
- ¿De qué trata el cuento de Hansel y Gretel? El cuento de Hansel y Gretel es un cuento de hadas de origen alemán que cuenta la historia de dos hermanos que son abandonados en el bosque por su madrastra y luego encuentran una casa de pan de jengibre habitada por una bruja malvada.
- ¿Quiénes son los personajes principales del cuento? Los personajes principales del cuento son Hansel y Gretel, los dos hermanos que son abandonados en el bosque, y la bruja malvada que vive en la casa de pan de jengibre.
- ¿Por qué son abandonados Hansel y Gretel en el bosque? Hansel y Gretel son abandonados en el bosque por su madrastra, quien sugiere que los dejen allí para que una familia acaudalada se haga cargo de ellos y el padre pueda preocuparse solo por ella y sus propios hijos.
- ¿Cómo encuentran Hansel y Gretel la casa de pan de jengibre? Después de vagar por el bosque durante varios días y noches, Hansel y Gretel encuentran una casa de pan de jengibre y dulces.
- ¿Qué hace la bruja con los niños? La bruja encierra a Hansel en una jaula mientras duerme y planea convertirlo en un muñeco de jengibre. Luego, intenta hacer lo mismo con Gretel, pero la niña ingeniosamente logra engañar a la bruja y salvar a su hermano y a sí misma.
- ¿Qué lecciones se pueden aprender del cuento de Hansel y Gretel? El cuento de Hansel y Gretel enseña la importancia de la astucia y la valentía en situaciones difíciles, la bondad y la generosidad frente a la maldad y la crueldad, y la importancia de estar unidos como familia. También muestra las consecuencias negativas de la avaricia y la falta de consideración por los demás.